Un brazalete que perteneció a la reina Victoria Eugenia se subastó a finales del año pasado y aunque no se conoce el responsable de esta puja, sí sabemos que se hizo por teléfono. Una pieza única que se vendió por el doble de lo que se pretendía.
Una pieza de alta joyería que fue encargada a la prestigiosa firma Cartier, allá por el año 1828 y que se rumorea que fue la propia reina quien la encargó. Está hecha de perlas y diamantes, una combinación perfecta para una pulsera de alto lujo.
Se estimaba que el precio de esta belleza sería un millón de euros, algo que al final se ha superado y como hemos comentado antes, el valor fue de más de dos millones de euros.
La subasta se celebró en Ginebra y desde el primer momento hubo muchos interesados en ella, hasta que finalmente, se la ha llevado alguien del que no se conoce su identidad, pero seguro que podrá disfrutar de una pieza única como ésta.