Dos botellas de champagne, halladas en un barco hundido a finales del siglo XVIII, no solamente contienen el champagne más antiguo apto para el consumo humano, sino que ahora se han convertido en las más caras también.
El hallazgo del cargamenteo que se realizó en julio del 2010, donde se encontraron 145 botellas, se produjo en aguas del Mar Báltico, exactamente en el archipiélago de Aland, Finlandia.
Los submarinistas que lo descubrieron quedaron anondados con semejante cargamento, por el excelente estado en el que se encontraban los envases, que se conservaron muy bien durante el tiempo que permanecieron sumergidos en el agua. De inmediato los expertos en el tema comenzaron a analizar no sólo el contenido de las botellas sino el diseño de los envases a fin de determinar la época exacta en que ocurrió el naufragio y la edad del licor, que según los especialistas pudo ocurrir entre 1772 y 1785.
Dos de estas botellas, una de la casa Veuve Clicquot y la otra de Juglar, fueron adquiridas por un conprador de Singapur, por la nada despreciable cifra de 54.000 euros, en subasta realizada en Finlandia. Los dineros recaudados por este licor, según anunciaron las autoridades de Aland, serán destinados a programas de conservación de las aguas en los mares.