En Dallas se encuentra esta mansión tan impresionante que de nuevo nos deja un entorno con pinceladas clásicas pero que contienen todo tipo de habitaciones y comodidades que no podemos perdernos aunque sea en imágenes. Es una de esas mansiones de lujo que sería hasta complicado verla completamente en un solo día ya que cuenta con numerosos espacios, interiores y exteriores propios de un hogar de ensueño. De esos que solamente tenemos la suerte de ver en las películas, aunque hoy parece que es la excepción y podemos disfrutar de estas instantáneas.
Claro que una buena presentación es siempre un jardín que decore cada parte del lugar. Por eso, esta mansión cuenta con ello en proporciones máximos ya que la zona jardinada está compuesta por bancos y estatuas que le aportan un toque más personal y elegante a la fachada del hogar. Además, los árboles le aportarán la sombra necesaria cuando el sol aprieta y no se pueda disfrutar del entorno. Por eso, a simple vista ya vemos lo que se va a esconder en el interior. Un interior lleno de sorpresas con un estilo diferente y clásico pero que siempre nos aporta lo mejor del lujo y del buen gusto.
En su interior nos encontramos con varios pisos en la casa principal y también en la de huéspedes, así como la de la piscina. Varios hogares para un mismo lugar que se va componiendo de pequeñas piezas pero todas ellas imprescindibles. Una de las habitaciones que más destaca por su luz y por su buen gusto es el comedor. Un lugar perfecto para las cenas más especiales y para recibir a los invitados de igual manera. Como vemos, un entorno donde el glamour y el equilibrio se dan cita para mantener una atmósfera de lo más especial y brillante gracias a los detalles, lámparas y mármol.
La mansión fue construida allá por el año 1920 aunque los jardines han sido obra de otro arquitecto que en esta ocasión, se ha esforzado al milímetro por crear una atmósfera tan especial. Además de ese exterior, merece la pena quedarse con esas zonas que componen este hogar y sus rincones. Imagínate un lugar como éste, donde poder disfrutar de un baño frente a una preciosa chimenea y contemplar las vistas que las cristaleras nos permiten. Se mire por dónde se mire, todo es un lujo para disfrutar de él. Una vuelta al pasado en todas sus partes.