Cuando hablamos de las mansiones o casas de lujo, la mayor parte de las veces, reparamos en las nuevas creaciones de los estudios de Arquitectura pero no siempre es así. En ocasiones, las casas reformadas pueden dar un lujo extra, gracias a sus materiales y tradiciones.
Esta casa, en concreto, data del año 1950 y se encuentra en una zona alta, por lo que las vistas están aseguradas. Rodeada de naturaleza y en una zona privilegiada donde la tranquilidad apremia.
Una casa en forma de L, con grandes cristaleras y respetando las vigas de madera que se encuentran en los techos. En la cocina predomina los colores claros de las paredes, así como de la decoración.
Vista desde otra perspectiva, la amplia cocina da paso al comedor, donde los espacio son bastante amplios, sin necesidades de paredes que los interrumpan. La piedra también forma parte de esta casa y de la decoración.
Para acceder al siguiente piso, nada mejor que hacerlo a través de unas escaleras de madera con un pasamanos de cristal. Mezcla de texturas y materiales, que se dejan ver en la pared de piedra.
Aprovechando uno de los tabiques de este material, se sitúa la televisión y una pequeña sala de relax, que se completa con un sofá en color blanco. Sin duda, una zona original y llena de estilo.
Las habitaciones, quizás, tengan una mejor vista para una armonía perfecta entre el descanso y el lujo. Richard Cole y su estudio de arquitectura tiene la culpa de estos cambios tan perfectos en una casa como ésta.