No es la primera vez que reconozco que me gusta el champán y da la casualidad que no conocía esta marca, lujosa donde las haya, de nombre Krug Grande Cuveé. Un producto que tiene una elaboración complicada, debido a su tiempo gastado en ella y a los ingredientes que contiene.
Por un lado, esos ingredientes son una mezcla de los mejores vinos que se añaden para crear un nuevo vino espumoso de alta calidad. Por otro lado, los años que tienen que pasar para dar vida a una de estas botellas de lujo. Nada más y nada menos que 20 años.
Esta casa es muy conocida por tener productos de alta calidad y como decimos, igual que sus ingredientes. Desde el año 1843, con un prestigio a su espalda, Krug se puede definir como un arte y un resultado exquisito.
Es una de las proveedoras de la Casa Real Británica y de hecho es una de las más conocidas y solicitadas en todas las partes del mundo. En su sabor podemos encontrar diversos tonos y acabados.
Por un lado, un toque suave y muy agradable que se mezcla con unas notas dulces, dejando que nuestro paladar pueda disfrutar durante más tiempo de esta verdadera obra de arte.
A pesar del paso de las generaciones, esta casa sigue manteniendo su esencia, sin perder esa personalidad que le ha dado vida durante tanto tiempo. Se fermenta en barricas de roble francés…un proceso del que pocos pueden presumir.
Como no, una pieza como ésta, tiene que estar cubierta de un estuche que esté a su altura y por eso, numerosas son las opciones, también de lujo que darán vida a esta bebida, allá donde vayamos.