Vamos a echar la vista atrás, porque como llegan las vacaciones se me dio por pensar en un viaje y no uno cualquiera, sino a bordo de un barco de lujo…aquel que surcaba los mares por el año 2007 y que recibía el nombre del Queen Victoria. Mucho más que un hotel, ya que ofrecía unos caprichos de alto lujo.
Un trasatlático enorme, que combina el lujo con unas comodidades que pocos hoteles podrán ofrecer. Desde luego, sería una opción especial para todos aquellos que tienen pensado ir de luna de miel.
Las habitaciones disponen de suelos enmoquetados y destacan por sus colores suaves que llegan a contratar con algunos detalles en tonos más oscuros. Además, dispones de una pequeña sala dentro de la misma, para poder relajarte leyendo el periódico.
Además, una amplia ventana te lleva a la cubierta, con lo que tendrás unas vistas espectaculares, así como la posibilidad de dar algún que otro paseo para apreciar los atardeceres.
Varios pisos llenos de escaleras, es algo esencial para llegar a los salones principales, donde podemos observar la enorme lámpara que corona el techo, completamente decorado con una elegancia máxima.
Como está destinado a pasar más tiempo en el mar que los cruceros convencionales, algunos de los camarotes, tienen una cocina y comedor completamente amueblados para hacer tu estancia mucho más acogedora.
No todo queda aquí, ya que este barco dispone de diversos tratamientos para tu relax. Uno de ellos es la piscina o la biblioteca, así como la sala de conferencias. El Spa y el teatro son parte esencial de un entorno de lujo, que hará que tu viaje sea más que inolvidable.