Si creías que lo habías visto todo en cuestión de arte, seguro que estabas muy equivocado. Hoy os presentamos una obra que corresponde a Yuken Teruya, un joven artista que ha creado un universo diferente dentro de unas bolsas de plástico, de esas que todos conocemos porque pertenecen a grandes empresas de moda y hasta cadenas de restaurantes de comida rápida. Desde luego, seguro que es una idea que no es tan sencilla de poner en práctica aunque a priori parezca todo lo contrario. Vamos a descubrir lo que hay en su interior.
Se trata de un concepto que quizás, sea una crítica al consumismo y como no, un respeto por el medio ambiente. El proyecto en sí, se deriva de una bolsa de plástico a la que se le introduce un árbol, pero de una manera minuciosa y bastante complicada. Un trabajo que el joven deja claro en varias obras donde se destila el color y el buen gusto, así como el transfondo que cada uno puede interpretar. Para lograr este trabajo, como hemos mencionado, Yuken Teruya fue recopilando bolsas de tiendas tan conocidas como Chanel o Tiffany, aunque en ocasiones también se ha decantado por alguna del restaurante McDonalds.
Cuando se elige la bolsa, ahora es el momento de poner una imagen de un árbol sobre el exterior de la bolsa, concretamente, donde lleva el logotipo de la tienda y a partir de aquí, hay que recortar en dos partes el dibujo. Por un lado, las ramas donde también va incluido el tronco y por otro, las hojas, que como vemos en las imágenes cuentan con el color exterior de la bolsa. Si la bolsa es rosa, entonces el árbol llevará unas hojas que parecen pintadas en la primavera con este bonito color. Claro que en la bolsa negra, el efecto es más devastador.
Cuando ya está recortado el árbol, de una manera muy cuidadosa, se pega el tronco a la bolsa, para que se vea en árbol en todo su explendor. De esta manera creará una nueva visión de la naturaleza, una creación que dentro de la bolsa juega con las luces y todos sus matices. Esta imagen superior consta de un pequeño árbol bajo una bolsa de la firma Givenchy. En definitiva, se puede decir que además de ser una obra de arte de lujo, está creando una especie de ecosistema apartado de todos pero que mantiene un guiño solidario hacia la naturaleza.