Para definir esta mansión, creo que no se han inventado los adjetivos necesarios. Perteneció, en su momento, a uno de los grandes magnates William Randolf Hearst, situada en Beverly Hills.
La mansión Hearst cuenta con seis edificios y unas cincuenta y seis habitaciones en total, lógicamente, con sus piscinas, tanto interior como exterior, que elevan el valor de esta propiedad, al igual que la sala de cine que posee en su interior.

Un lujo por el que han pasado numerosos famosos, ya que eran muy conocidas las fiestas que se celebraban en esta mansión. Se dice que John F. Kennedy y su mujer Jacqueline, pasaron su luna de miel en estas propiedades. Algunas de sus partes, fueron reestructuradas en el año 1976, como los jardines o sus fuentes.
Otro dato importante, es que esta mega-mansión se usó en la conocida película “El padrino”.

Si es que, siempre se nos dice que el dinero no da la felicidad, pero vamos, ayudar, ayuda y mucho, porque poder disfrutar de un hogar así no es fácil para cualquier persona de a pie. Ya no solo la casa y todo su terreno alberga gran lujo, sino que es también muy valiosa por todo su contenido en arte, muebles y decoración en general.
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