Ahora que ya tenemos aquí el buen tiempo, es momento de helados. A pesar de que muchos no los consumen por su alto valor energético, sin duda, el darse un capricho de vez en cuando, no se nota y más si estamos ante una verdadera obra de arte que seguro, merecerá la pena darle un mordisco. Si te gustan todos los sabores, pero quieres probar algo diferente, entonces te quedarás con el Margnum Dolce&Gabbana. Porque también los helados pueden llevar el símbolo de moda y estilo inconfundible que abarca esta firma. Claro que, Dolce&Gabbana comenzaron su andadura con la venta de ropa pero hoy en día ya no solo nos ofrecen eso, sino que los complementos se han abierto paso entre ella.
Además de ello, los perfumes también son muy característicos de la firma y como vemos, siempre van más allá, ya que no hay nada que les frene su andadura por este mundo lleno de glamour y sofisticación. Sin lugar a dudas, las campañas publicitarias hacen que la firma se vaya expandiendo y en esta ocasión, no por un desfile o por una nueva colección, sino por un producto que se consume a diario durante toda la época estival.
Vamos a comenzar describiendo su caja, aunque estemos con muchas ganas de darle el primer mordisco, la caja también se merece una especial mención, gracias a ese diseño que posee. En la parte central lleva el logotipo de la marca de helados y a ambos lados el nombre de la firma de moda. La parte que vemos, es la superior y en ella aparecen dos carruajes sicilianos. Colorido no le falta y sin lugar a dudas, aunque el helado nos encante, la caja, la guardaremos como recuerdo, que se lo merece.
Por el lateral de la caja, aunque aquí no lleguemos a verlo, se encuentran unas planas de nogal en color verde que nos dejan el color del contraste en sus frutas que nos atrapan con sus tonos coral. Como vemos, hay una clara inspiración siciliana en todo el producto. Ahora viene lo bueno, mucha decoración, mucho arte pero…¿a qué sabe este helado?. Pues tiene un corazón de vainilla que se entremezcla con pequeños trozos de chocolate y también de pistachos. Todo ello está envuelto con la capa externa que vemos, de chocolate blanco. Vamos, que solo escribirlo y se me está haciendo la boca agua. Este verano, Magnum.