Al pronunciar el nombre de París, todos sabemos lo que se nos viene a la cabeza y la primera impresión del mismo. Sabemos que es un lugar con mucho encanto, que cuenta con numerosas zonas dignas de visitar una y otra vez. Sin duda, enamora a cada paso y desde luego si a mayores nos muestra rincones tan especiales como es el hotel Molitor y su amplia piscina, entonces ya caeremos rendidos a sus pies. Sin duda, no hay otro lugar como éste ni que sus interiores guarden tanta vida que hoy vuelve a resurgir entre unas pinceladas del arte más contemporáneo mezclado con el más clásico.
Se unen mucho motivos por los que este lugar sería perfecto para visitar durante unos días. Además, está muy cercano a otras zonas igual de conocidas como pueden ser el estadio Roland Garros que se encuentra a tan solo unos 700 metros y también está próximo a Parc des Princes. Aunque está claro que una vez en este hotel, se nos olvidará por completo todo lo que hay a su alrededor. Digo esto, porque viendo las imágenes, sabemos que hay una protagonista que no podemos esquivar. La piscina, tan inmensa que se encuentra en en centro del hotel y que éste parece que la rodea con sus colores blanco, amarillo y azul, será en punto de encuentro.
A pesar de su gran tamaño, es un punto de encuentro que desde la mitad de la semana hasta bien entrado el domingo, suele estar bastante completo ya que la gente sabe que es un lugar de moda donde nos ofrecen tanto esta piscina exterior pero climatizada, al mismo tiempo que también nos encontraremos con una cubierta para los peores días del año. Claro que en su interior también nos vamos a encontrar un precioso Spa Clarins que cuenta con todo lujo de detalles y una decoración llena de cuadros y de efectos únicos y todo envuelto en un entorno muy elegante.
Claro que si además de ir a visitar este lugar tan increíble, puedes pasar allí unas noches, mucho mejor. De esta manera podrás disfrutar de sus habitaciones que cuentan con todo lo necesario para tu comodidad. No son excesivamente grandes pero desde luego perfectas para relajarte. Una decoración sencilla en tonalidades neutras es lo que caracteriza a un interior como éste. Además, desde ella podrás apreciar las vistas hacia la piscina. Un lugar de lujo que hay que visitar al menos, una vez en la vida.