Wallis Simpson, la mujer que hizo tambalear la monarquía inglesa cuando logró que Edwardo III abdicara al trono en 1936 por ella, fue una gran admiradora de las yojas; especialmente de la firma Cartier, de la que poseía verdaderas obras de arte. Como es el caso de una pulsera de diamantes y onix, subastada resientemente en 7.34 millones de dólares, cifra que hasta ahora se ha considerado el precio más alto pagado por un brazalete.
La sofisticada joya fue vendida en noviembre de 2010, por la prestigiosa casa de subastas Sotheby’s de Londres, y superó ampliamaente la cifra inicial estimada para su venta. La pieza fue encargada en 1952 a la directora de Cartier, Jeanne Toussaint, quien elaboró varias joyas famosas de la duquesa de Windsor. Este brazalete articulado, que se adapta a la muñeca, se lo obsequió su esposo a la duquesa y su elaboración se realizó con gran meticulosidad y maestria. Es la pieza de Cartier más costosa vendida hasta hoy.
Juanto a este brazalete se subastaron otras valiosas joyas de la duquesa de windsor entre las que se destacan una pulsera adornada con nueve cruces cristianas hechas en rubíes, esmeraldas, diamantes y zafiros (una de sus joyas preferidas), una horquilla en forma de flamenco recamada con rubíes, zafiros y diamantes, un broche del siglo XX, y un vestido de noche adornado con diamantes, elaborado de igual forma por Cartier.
Wallis Simpson dispuso que sus joyas fueran subastadas después de su muerte y que el dinero obtenido fuera destinado al Instituto Pasteur de París. La subasta se llevó a cabo en 1987 y recaudó un total de 50 millones de dólares. Sin embargo con el tiempo las joyas fueron adquiridas nuevamente por Cartier.