Desde luego, es una obra de arte porque combina las dos zonas que más nos gustan. Por un lado el mar y por otro la montaña, si es que no podemos pedir más. Gracias a un arquitecto brasileño, Arthur Casas, podemos deleitarnos con esta belleza hecha casa de lujo.
Como vemos siempre en las casas más modernas, en su interior podemos ver como las habitaciones y demás estancias de la casa, se caracterizan por tener espacios más amplios, que gracias a la decoración minimalista, se dejan ver mucho más.
Los muebles y los colores nos transmiten esa sensación de bienestar, ya que, gracias a los ventanales, se puede aprovechar la luz solar al máximo, mientras disfrutamos de una tarde de lectura.
Otro de los caprichos que nos aporta este hogar es una piscina en la parte alta, para que podamos disfrutar de las vistas, mientras nos relajamos. Un nuevo lujo para los sentidos.