Sin duda, no es a lo que estamos acostumbrados cuando vemos algún yate de famosos. El color blanco se ha dejado de lado para dar paso a una nueva era en los Yates de lujo. el nombre Guilty ya dice mucho de lo que nos vamos a encontrar.
El "culpable" es sin duda, Jeff Koons aunque la diseñadora Ivana Porfiri también tiene parte de culpa que hace posible que estemos ante tan obra de arte, llena de color y de imaginación.
Es un barco de 35 metros encargado por uno de los multimillonarios que todavía quedan en este mundo, Dakis Joannou a Koons. El magnate es un gran coleccionista y aficionado a las obras de arte, de ahí, este resultado.
Al verlo nos imaginamos esa combinación de obras de arte expuestas al gran público, en las que se recogen los grandes sueños y los momentos más intimistas de una colección tal.
Entre todos, tenían que conseguir un efecto piramidal y a su vez, que fluyeran los espejos en su interior. De ahí que podamos ver unas instalaciones en blanco nuclear con un brillo asombroso.
Además, también los colores se dan cita en esta zona del barco, pero siempre son los ventanales los que realmente transmiten la energía y la luz que iluminará un interior también digno de una obra de arte.
Zonas de relax, interiores y exteriores, ataviadas con las últimas novedades en el mundo tecnológico. Como podemos observar, no le falta ni el más mínimo detalle para alzarse con la palabra: lujo.